Esta disciplina no deja de crecer con nuevas modalidades: se practica a 42 grados de temperatura, con los hijos o para mejorar la visión ocular.
El yoga es una disciplina vinculada a algunos tópicos. Unos piensan que consiste en doblarse en posturas imposibles hasta alcanzar una flexibilidad similar a una goma de borrar Milan, otros imaginan que se basa en respirar y relajarse hasta quedar transportado en un viaje astral mientras la mente se mantiene en blanco, hasta algunos piensan que se trata de una especie de secta formada por personas que se alimentan únicamente de vegetales. No es así.
El yoga es un conjunto de disciplinas físico-mentales procedentes de la India, destinadas a conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto. Nunca pasa de moda, incluso se ha ido evolucionando con los años.
El yoga se reinventa. Actualmente Valencia ofrece múltiples formas de practicar esta disciplina atendiendo a las necesidades de cada uno. Así, algunos centros imparten yoga dirigido a los niños pero también el ojo puede ejercitarse a través del yoga. Son sólo dos ejemplos de un amplio abanico que no deja de crecer.
Si lo que te gusta es lo original y diferente, una de las prácticas de yoga más recientes es el Bikram yoga. Se trata de practicar 26 posturas y dos ejercicios de respiración durante 90 minutos mientras se está sometido a 42 grados. Jonathan Martín, uno de los miembros del centro Bikram yoga de Valencia, asegura que una clase de esta modalidad «equivale a correr 10 kilómetros, ir al gimnasio, tomar una clase de aeróbic, recibir un masaje y un facial, ir al quiropráctico, meditar, ir a terapia y entrar en un Temazcal».
El resultado del esfuerzo físico que suponen estas clases varía en función del tipo de dieta y metabolismo de cada persona, pero se calcula que puede perderse hasta un mínimo de 800 kilocalorías por clase, añade Martín.
Pero si lo que se busca es practicar yoga de una forma más personal y cercana con el profesor su opción será el kundalini. En cada sesión se entrena el cuerpo, la mente e incluso la intuición. Esto es así porque se aplican conocimientos de Karam Kriya, un tipo de psicología espiritual donde se trabaja con técnicas psicológicas por medio del diálogo y preguntas, de modo que el entrenador se acerca al alumno para conocer la energía de la persona y poder así realizar ejercicios de meditación específicos y personalizados. La profesora de kundalini, Eirini Delaki, resalta que se han llevado a cabo «investigaciones que han demostrado que este tipo de yoga es un medio excelente de prevención de varias enfermedades, por ejemplo, el Alzhéimer».
El ejercicio, es un lugar común, beneficia a la mente y al cuerpo. El yoga, además de contribuir a la relajación de la persona que lo practica, puede convertirse en un aliado para sus ojos.
El centro Yoga Prema Devi, ubicado en Sagunto, ofrece la modalidad de yoga ocular, que busca crear hábitos de comportamiento visual correctos, disminuir la dependencia de gafas así como aumentar la capacidad de concentración. Sara Gómez Fernández, una de las profesoras del centro, destaca que esta práctica «es recomendada para problemas frecuentes de visión complementarios al uso de lentes».
No es extraño comprobar como las personas que practican regularmente ejercicios de yoga ocular, cesan el proceso de degradación visual o incluso mejoran su visión. El centro de Sagunto oferta convocatorias trimestrales por lo que las clases se imparten atendiendo a la demanda que exista.
Más popular resultan las prácticas de yoga destinadas a mujeres embarazadas. El centro Yoga Prema Devi, situado en Sagunto, ofrece este tipo de modalidad, junto al yoga postparto y para niños.
El yoga dirigido a embarazadas, conocido como hathay yoga prenatal, es una disciplina que prepara a la mujer física y mentalmente para la llegada del niño, por lo que el objetivo que busca es que la futura madre sea más consciente de los cambios que conlleva el embarazo. Le ayuda a sentirlos, comprenderlos, y vivirlos plenamente, según el centro.
Las posturas denominadas asanas están modificadas para cada periodo de gestación, facilitando a la mujer que conecte con las fases por las que va pasando su cuerpo. Además, es una ayuda para desprenderse de la tensión física acumulada en los músculos y articulaciones, aliviando así las molestias comunes del embarazo, como es el dolor de espalda. Por otro lado, ayuda a la mujer embarazada a liberar emociones así como a sentirse libre de inhibiciones y segura de cara al embarazo. Esta disciplina puede ser practicada por embarazadas a partir del tercer mes de gestación.
No obstante, una vez que el niño ha venido al mundo puede continuar con sus rutinarias clases de relajación gracias al yoga para mamás y bebés, conocido como yoga postparto. Se trata de ejercicios donde la madre puede fortalecer el vínculo con el recién nacido, a través de posturas y ejercicios que permiten que ambos se relajen y jueguen.
Estas clases están diseñadas para que la madre vaya recuperando, en compañía de su bebé, la forma física. Una parte de la clase está reservada a compartir dudas, temores y anécdotas que pudieran surgir durante los primeros meses de crianza, en compañía de otras madres y bebés. Este tipo de yoga puede practicarse a partir del mes o mes y medio tras el parto.
Y cuando el recién nacido deje de ser un bebé para convertirse en un niño travieso e hiperactivo también podrá practicar el yoga a través de juegos. Su nombre técnico es kinesología educativa, que potencia la psicomotricidad, la gimnasia cerebral, la expresión, etcétera.
Este amplio abanico ‘yoguístico’ permite diversas formas originales para liberarse de todo el estrés acumulado. No dejes que los nervios te ahoguen y respira profundo en cualquiera de estas originales clases de yoga: ooommm, ooommm, ooomm.