Hoy, durante el primer Savasana, llegue a la conclusión de que mi experiencia en Bikram Yoga ha sido tal cual me imagine es casarse con una “esposa trofeo”:
Al principio te resistes a siquiera considerarlo posible. Eres un hombre viejo de 60 años con panza cervecera, adquirida por beber en exceso cada fin de semana con los amigos. Bikram es esta linda chica de 21 años: guapísima, y hace que tu presión suba de solo pensar en ella. Tu mejor amigo, quien ha estado casado con Bikram por varios años, te convence de probarlo. Casi como una cita a ciegas, tu amigo no te dice realmente que esperar, solo te dice que te hidrates durante el día y que no te salgas a la mitad de la clase.
Vas a tu primera cita y es horrible. No puedes ni siquiera formular un pensamiento coherente, el cuarto está caliente, estas sudando, no te sientes nada atractivo, y el hecho que eres un viejo de 60 años nunca ha sido más evidente. Pero tu amigo te convence que llames a esa veintiún-añera y te des otra oportunidad; así que compras una membresía de un mes ilimitado y decides intentarlo por solo un mes.
Al principio tu cortejo es lento, te mareas muy seguido y sientes que te vas a desmayar. Pero después, lentamente, se empiezan a conocer mutuamente: a ti te gusta el rock, a ella le gusta el rock (o rock clásico, como ella lo llama), tu amas el golf, ella ama ver a la gente jugar golf desde la piscina del club, te sientes orgulloso de pagar tus cuentas a tiempo, ella está orgullosa de cuanto puede gastar en una ida a Nordstrom’s, etc, etc.
Sin darte cuenta, estas pasando más y más tiempo con Bikram. Te enamoras perdidamente después de ese primer mes y te das cuenta de que simplemente no puedes estar sin ella. Lo lógico es dar el siguiente paso que es casarse, así que haces lo impensable y te inscribes al reto de los 60 días.
Durante el reto, te has enamorado aún más de Bikram y no puedes creer lo joven que te hace sentir. Te sientes con más energía, duermes mejor, comes mejor, incluso Bikram te presenta a mucha gente nueva y empiezas a comer diferente, comida más exótica.
Muy pronto te sientes tan energizado y tan contento que empiezas a reconectarte con tus hijos de tu primer matrimonio: corriendo y haciendo bicicleta. No habías pasado mucho tiempo con ellos recientemente y Bikram te ha convencido que lo mejor que puedes hacer es empezar a pasar más tiempo con ellos otra vez. Así que en medio de tu reto de los 60 días, empiezas a correr y te inscribes a un maratón de 5k. Empiezas a andar en bicicleta, incluso te vas en bicicleta al trabajo.
Y después, tu reto se termina. Todavía flotas en una nube de endorfina y estas aún muy enamorado de Bikram. Pero luego, empiezas a tener más trabajo y pasas menos y menos tiempo con Bikram.
Al principio es muy comprensiva. Está ahí para ti a las 6:00 de la mañana y a las 8:30 de la noche. Tratas de llegar temprano a la clase de la mañana o a la de la tarde, pero de plano no tienes tiempo.
Dedicaste tanto tiempo a otras cosas que un día te das cuenta que no has ido a Bikram en un mes. Así que rápidamente vas a tu estudio donde Bikram tu “esposa trofeo” te da la bienvenida con los brazos abiertos. Te deslizas de nuevo en tus posturas con facilidad y te sientes joven y energético otra vez.
Pero luego, otra vez tienes mucho trabajo. Empiezas a descuidar a Bikram. Ella es complaciente cada vez que regresas, pero su paciencia se está agotando. Hasta que un día, después de un mes hiato, Bikram no te da la bienvenida muy contenta. Bikram está enojada porque la diste por segura y tienes que pagar el precio. Tienes que sudar y luchar. De pronto estas más consciente de los rollos que te volvieron a salir alrededor de la cintura y de cómo hacen que se te dificulten ciertas posturas. Bikram se ha convertido en una “esposa trofeo” muy enojada.
Y con justa razón, la has descuidado por meses y meses, siempre encontrando una excusa que suena bien para ti pero que para ella no tiene sentido.
Van a terapia y tratan de arreglar las cosas. Bikram quiere causarte el mayor dolor que sea posible. Con suerte, tu instructor es el mediador entre ustedes dos y te aconseja como lidiar con el carácter malhumorado de la serie de Bikram.
Empiezas a ver progreso y puedes sentir que tu viejo amor por esa hermosa mujer está regresando a ti. Te vuelves a adueñar de posturas que no habías hecho en meses, Bikram se vuelve cálida contigo otra vez y las cosas marchan viento en popa. Incluso te reconectas con el ciclismo y jogging, quienes también habían sufrido durante tu etapa de workaholic.
Y después, la Posición del Camello te sale perfecta y de repente todos los momentos felices que Bikram y tu habían compartido regresan en un instante y recuerdas cómo y por qué te enamoraste de Bikram en primer lugar. Encuentras energía suficiente para terminar el resto de la clase y sales de ese cuarto sintiéndote satisfecho y confidente de que tu relación con Bikram está bien otra vez.
(Este artículo fue escrito post-Bikram, antes de irme a dormir, por lo tanto es una metáfora un tanto ridícula. Esto muestra que tanto pasa por mi cabeza durante clase)
Namaste
Artículo tomado del Blog: The Life Chats
(http://thelifechats.wordpress.com/2013/05/21/bikram-its-kind-of-like-a-trophy-wife/#comment-110)